El presidente de Voces Contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, exige que “además de acusar a los agentes de policía implicados en el caso Faisán, se llegue hasta el final en las responsabilidades políticas y se despeje la X del chivatazo a ETA”.

REDACCIÓN VCT.- El pasado viernes, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ordenó a la Fiscalía de la Audiencia Nacional incluir el delito de ‘colaboración con una organización terrorista’ en la acusación a los dos mandos de la Policía Nacional que están imputados por el Caso Faisán. Recordemos que en este caso se investiga el chivatazo al aparato de extorsión de la banda terrorista ETA que se produjo el 4 de mayo de 2006 en el conocido bar ‘Faisán’ de Irún (Guipúzcoa). Una de las burlas más importantes al Estado de Derecho.

Concretamente, en el escrito presentado por el fiscal, se piden dos años de cárcel para el ex jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamies, y un año y medio para el entonces inspector, José María Ballesteros, por un delito de revelación de secretos que incluye como alternativa una petición de cinco años de cárcel por colaboración con organización terrorista.

Para la asociación Voces Contra el Terrorismo, la acusación de la fiscalía es “insuficiente” y pide llegar hasta el final en las responsabilidades políticas que ordenaron el chivatazo a ETA. “Los mandos de la policía no actúan por cuenta propia, sino que lo hacen bajo las órdenes de sus máximos responsables, en este caso, del ministerio del que dependen, el Ministerio de Interior”, señala VCT.

El presidente de VCT, Francisco José Alcaraz, señala que “la X del caso Faisán, el artífice del chivatazo a ETA y el primer responsable de esta traición, que fue quien ordenó el chivatazo, aún está por despejar judicialmente” y exige responsabilidades políticas y judiciales en el entonces Ministerio de Interior y que dirigía Alfredo Pérez Rubalcaba.

A juicio de Alcaraz, “los mandos policiales implicados en el caso Faisán actuaron como simples marionetas, manejadas por sus superiores, pertenecientes al Ministerio de Interior, tal y como estaba pactado en el proceso de negociación con la banda terrorista ETA”. Para Alcaraz, “la mayor traición a España no puede quedar impune” y pide que se llegue “hasta el final en el chivatazo más esperpéntico de la historia de la democracia española”.