Voces Contra el Terrorismo es un movimiento cívico, presidido por Francisco José Alcaraz, que surgió en el seno de la asociación de víctimas del terrorismo Verde Esperanza con el objetivo de mantener activa la Rebelión Cívica ante el proceso de negociación llevado a cabo por el Gobierno de Zapatero. Tras la estrategia de engaño destinada a ganar tiempo con vistas a negociaciones con la banda terrorista ETA, y dado el silencio cívico y mediático de las cesiones a los terroristas, Voces Contra el Terrorismo consideró que la sociedad española no podía convertirse en rehén de su silencio por la política antiterrorista del Gobierno y que debía dar respuesta ante el atentado contra la Memoria, la Dignidad y la Justicia de las víctimas del terrorismo.

La plataforma Voces Contra el Terrorismo ha pasado a tener entidad jurídica propia como asociación y su única financiación procede de las aportaciones que recibe de las suscripciones de su revista trimestral, sin subvenciones de ninguna administración pública, salvaguardando así su independencia como entidad. Sus asociados, como el resto de las asociaciones de este colectivo, son víctimas del terrorismo, aunque también contempla la colaboración de todos los ciudadanos sensibilizados con la causa pues VCT entiende que todos los españoles son, en definitiva, víctimas del proyecto político que ETA trata de imponer a través de la privación de nuestra libertad y de acabar con nuestro sistema democrático.

Sin apenas medios ni recursos económicos, Voces Contra el Terrorismo se ha personado como acusación popular en numerosos procesos penales para evitar que decenas de atentados y asesinatos terroristas quedasen impunes. Del mismo modo, ha emprendido decenas de acciones cívicas en repulsa a la negociación política con la banda terrorista ETA y a los beneficios penitenciarios de los presos etarras. El 6 de noviembre de 2010, Voces Contra el Terrorismo decide poner fin al silencio mediático que salvaguardaba la política antiterrorista del Gobierno de Zapatero en su segunda legislatura y convoca a todos los españoles en la madrileña Plaza de Colón. El miedo y la incertidumbre reinaban en la organización debido al boicot de los partidos políticos y los medios de comunicación que trataban de ocultar dicha convocatoria. Sin embargo, el apoyo de los ciudadanos fue masivo, hasta tal punto que la plaza se desbordó y hubo que cortar el tráfico de la Castellana, evidenciando así el ridículo dispositivo de la Delegación del Gobierno que pocas esperanzas tenían en el resurgir de la Rebelión Cívica.

El 5 de febrero de 2011, la asociación VCT se vio obligada a convocar de nuevo a los ciudadanos ante la pasividad del Gobierno y la traición a la Nación española que se estaba gestando con la negociación con la banda terrorista. En esta ocasión el formato elegido fue una manifestación que recorrió la Calle Serrano desde el cruce de Juan Bravo hasta la Plaza de Colón. El boicot mediático se hizo nuevamente patente, aunque una vez más, los ciudadanos respaldaron masivamente la manifestación bajo el histórico lema “En mi nombre, ¡no!”.

El previsible retorno de ETA a las instituciones, y su presencia en las elecciones municipales bajo una nueva marca blanca, hizo recorrer nuevamente las calles de Madrid el 9 de abril de 2011 para alzar la voz contra el atentado al Estado de Derecho que el Gobierno estaba amparando. Un clamor cívico que poco importó al Gobierno de España, lo que obligó a congregar a miles de españoles nuevamente el 14 de mayo de ese mismo año para reivindicar la ilegalización de la marca blanca de ETA y evitar su concurrencia a las elecciones. Un politizado Tribunal Constitucional había enmendado al Supremo, y dado por válida la lista de ETA a las elecciones, lo que provocó un apoyo aún mayor en la simbólica Plaza República Dominicana de Madrid.

Conseguido el acceso a cientos de ayuntamientos del País Vasco y de Navarra, la puerta quedaba completamente abierta a las elecciones generales que se aproximaban. Así pues, una vez más y desafiando el continuo silencio de los medios de comunicación y la escasez de recursos económicos de la asociación, confiando siempre en la buena voluntad de los ciudadanos, VCT se aventuró en una nueva convocatoria el 29 de octubre de 2011 con un apoyo que conmocionó a los organizadores.

El 10 de mayo de ese mismo año fue presentada la plataforma ‘Mujeres por la Justicia’, perteneciente al seno de la asociación Voces Contra el Terrorismo, formada por mujeres, el sector que más ha sufrido la barbarie terrorista desde todos los frentes. Detrás de cada uno de los centenares de asesinatos de ETA, hay una mujer que ha tenido que sacar adelante su familia sola, a veces en situaciones dramáticas, y bajo el peso de un asesinato cruel y violento perpetrado por unos terroristas.

Su primer acto se celebra el 14 de julio frente al Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por la formación política de ETA, en recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo asesinadas por esa misma organización terrorista que gobierna dicho municipio. Se celebraba así el primer homenaje ante un Ayuntamiento gobernado por Bildu.

El 8 de septiembre de 2012 la plataforma de reciente constitución, ‘Mujeres por la Justicia’, hace un llamamiento a los españoles ante la política penitenciaria llevada a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy. Frente al Ministerio de Interior, cientos de ciudadanos se opusieron a ser cómplices de un nuevo proceso de impunidad. Los constantes beneficios, la excarcelación del etarra Bolinaga y la marginación de las víctimas del terrorismo detonan esta nueva convocatoria de mujeres ejemplares, valientes e incesantes en cuanto a pedir justicia por sus familiares se refiere.

Voces Contra el Terrorismo y Mujeres por Justicia continuarán denunciando todas las políticas llevadas a cabo por cualquier Gobierno de España que atente contra la Memoria, Dignidad y Justicia de las víctimas del terrorismo.