Voces Contra el Terrorismo exige la reapertura del proceso judicial con una investigación exhaustiva que aclare con qué fines se aportaron pruebas al sumario del caso que posteriormente se ha demostrado a través de investigaciones periodísticas que eran falsas.

REDACCIÓN VCT.- En la tercera entrega del monográfico sobre el 11-M analizamos las pruebas con las que se construyeron la versión oficial del caso judicial más humillante de las historia de España. Objetos encontrados en una furgoneta que apareció en Alcalá de Henares y una mochila-bomba sin estallar encontrada 18 horas después del atentado sirvieron para construir una versión con infinidad de flecos y lagunas aún sin resolver.

La furgoneta aparecida en Alcalá de Henares fue inspeccionada en la mañana del 11 de marzo de 2004 por dos perros de la policía científica sin que detectaran ningún rastro de explosivo. La furgoneta fue trasladada a dependencias policiales donde apareció, misteriosamente, un resto de dinamita Goma2-ECO y una mochila-bomba sin explotar que en Alcalá no había sido encontrada. Ambas pruebas fueron determinantes para construir la versión oficial, pero su veracidad brilla por su ausencia. Las dos pruebas consideradas fundamentales para los jueces instructores no aparecieron en los escenarios del crimen, sino en comisarías de la policía sin evidencias de que procedieran de los trenes o de las bombas que estallaron en los focos de explosión.

Además, investigaciones periodísticas han demostrado que se falsificó la hora oficial de entrada de la furgoneta de Alcalá de Henares en el complejo policial donde fue trasladada. A efectos policiales, la furgoneta estuvo una hora desaparecida, tiempo suficiente para introducir las dos pruebas misteriosas que no fueron encontradas en el escenario de la masacre.

Datos muy reveladores de la misteriosa mochila-bomba revelan que no estaba preparada para explotar, ya que los cables que unían el detonante estaban sueltos. En la mochila se encontraron clavos y tornillos como metralla, y en ninguna de las autopsias realizadas a los 193 muertos del atentado se encontraron ninguno de los dos materiales señalados, lo que hace imposible considerar que esa bomba perteneciese a los explosivos utilizados en los trenes que estallaron.

Una vez más, Voces Contra el Terrorismo exige que el atentado más sanguinario de la historia de la democracia española no quede sin resolver y se esclarezcan todas las incógnitas que nueve años después de la masacre siguen patentes. Los españoles tienen derecho a conocer la verdad sobre el caso que cambió la vida para más de mil familias y tornó el rumbo de nuestro país. Por ello, Francisco José Alcaraz anima a aprovechar la oportunidad que nos brinda Gabriel Moris para instar a las autoridades políticas y judiciales a investigar toda la verdad. Firma aquí la petición: http://www.change.org/es/peticiones/al-gobierno-al-congreso-y-a-la-audiencia-nacional-investigar-los-atentados-del-11-m