LUCIO RODRIGUEZ MARTÍN , asesinado en Madrid el 14 de Julio de 1.975

OVIDIO FERREIRA MARTIN , falleció el 14 de Julio de 1.981 a consecuencia de las heridas suufridas por el tiroteo  del 10 de Julio de 1.981, al ser usado como escudo por un comando de ETA

 

CARMELO BELLA ÁLAMO. asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

JOSÉ CALVO GUTIÉRREZ asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

MIGUEL ÁNGEL CORNEJO ROS asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

JESÚS MARÍA FREIXES MONTES asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

JESÚS JIMÉNEZ JIMENO asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

ANDRÉS JOSÉ FERNÁNDEZ PERTIERRA asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

JOSÉ JOAQUÍN GARCÍA RUIZ asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

SANTIAGO IGLESIAS GODINO asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid

ANTONIO LANCHARRO REYES. asesinado el 14 de julio de 1986 en Madrid


PEDRO GALNARES BARRERAS asesinado el 14 de julio de 1987 en Oñate.

ANTONIO ÁNGEL LÓPEZ MARTÍNEZ-COLMENERO asesinado el 14 de julio de 1987 en Oñate.

JOSÉ JAVIER MÚGICA ASTIBIA asesinado el 14 de julio de 2001 en Leiza

MIKEL MARÍA URIBE AURKIA asesinado el 14 de julio de 2001 en Leaburo.

El 14 de Julio de 1.975 ,el  agente de la Policía Armada Lucio Rodríguez cumplía su turno de vigilancia frente a las oficinas de la compañía Iberia situadas en el número 14 de la calle Alenza. Su jornada concluía a las 22.00, pero habían pasado ya veinte minutos y el compañero que tenía que relevarlo aún no había acudido. Fue entonces cuando un Seat 127 en el que viajaban tres miembros del FRAP estacionó en la calle. De él bajaron dos individuos, que abrieron fuego contra el agente y descargaron sobre él hasta ocho balas que lo hirieron en la cabeza, el cuello, el hombro, el brazo y el abdomen. Mientras los terroristas huían, Lucio Rodríguez logró caminar hasta la calle Cristóbal Bordiú, donde finalmente se desplomó. Falleció en el Hospital Central de la Cruz Roja. El policía, que tenía 23 años, había nacido en la localidad toledana de Villaluenga y planeaba casarse con su novia en septiembre.

El 10 de julio de 1981, después de atentar contra el guardia civil retirado Joaquín Gorjón González en la estación de ferrocarril de Basauri, los terroristas de ETA que lo asesinaron fueron detectados por la policía y se inició una persecución hasta la parte vieja de Bilbao.

En esta persecución, los etarras utilizaron a dos personas como escudo en un intercambio de disparos con la Guardia Civil: a Aurora Múgica Múgica, que resultó herida de carácter leve, y a Ovidio Ferreira Martín, que fue herido de gravedad con dos disparos, uno en la pierna derecha y otro en la cara, y falleció cuatro días después del atentado.

La víctima llegó consciente al hospital e incluso vio a los médicos de la fábrica Echeverría en la que trabajaba su padre, pero fue imposible salvar su vida.

A las 7:45 horas del 14 de julio de 1986, tres semanas después de que el PSOE ganara las elecciones generales por mayoría absoluta, la banda terrorista ETA provocó una masacre de guardias civiles en la plaza de la República Dominicana de Madrid. Una furgoneta-bomba, que estalló al paso de un convoy de vehículos de la Guardia Civil procedente de la Escuela de Tráfico de la calle Príncipe de Vergara, mató en el acto a cinco guardias civiles: CARMELO BELLA ÁLAMO, natural de Badajoz; JOSÉ CALVO GUTIÉRREZ, de Barcelona; MIGUEL ÁNGEL CORNEJO ROS, de Valencia; JESÚS MARÍA FREIXES MONTES, de Lérida, y JESÚS JIMÉNEZ JIMENO, de Teruel. Otros cuatro guardias civiles murieron en las horas posteriores al atentado: ANDRÉS JOSÉ FERNÁNDEZ PERTIERRA, natural de Gijón; JOSÉ JOAQUÍN GARCÍA RUIZ, de Burgos; SANTIAGO IGLESIAS GODINO, de Alicante, y ANTONIO LANCHARRO REYES, de Badajoz. Tres más lo hicieron en los siguientes días: Javier Esteban Plaza, que falleció cuatro días después, el 18 de julio; Miguel Ángel de la Higuera López, que falleció el 31 de julio; y Juan Ignacio Calvo Guerrero, que lo hizo el 5 de agosto, convirtiéndose en la víctima número doce del brutal atentado.

En el número 7 de la plaza de la República Dominicana los etarras Idoia López Riaño y Juan Manuel Soares Gamboa habían aparcado una furgoneta-bomba marca Sava cargada con 35 kilos de Goma 2 y cinco ollas a presión con varios kilos de metralla compuesta por tornillos, tuercas, varillas metálicas y eslabones de cadenas de acero. Anton Troitiño Arranz, situado en una parada de autobús cercana, accionó el mando a distancia cuando vio que el convoy se puso a la altura de la furgoneta-bomba. Muy cerca, José Ignacio de Juana Chaos esperaba en un vehículo en el que emprendieron la huida. En las labores de vigilancia y en la preparación del explosivo participaron también Esteban Esteban Nieto e Inés del Río Prada. Todos los asesinos formaban parte del grupo Madrid de ETA.

La explosión fue brutal. El vehículo más afectado fue el minibús, aunque también fue alcanzado el autobús. El vehículo escolta de la Guardia Civil quedó descolgado del convoy en el momento de la explosión, al detenerse en el semáforo previo al cruce con la plaza. Además, otros muchos vehículos, establecimientos e inmuebles de los alrededores sufrieron cuantiosos daños materiales.

Carmelo Bella Álamo, de 22 años, era natural de Granja de Torrehermosa (Badajoz), donde fue enterrado. Había ingresado en la Guardia Civil un año antes de su asesinato y estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Arganda.

José Calvo Gutiérrez, de 19 años, era natural de Barcelona y había ingresado en la Guardia Civil en mayo de 1985. Estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Barajas.

Miguel Ángel Cornejo Ros, de 24 años, era natural de Burjasot (Valencia). Estaba casado y se había incorporado a la Guardia Civil en mayo de 1985.

Jesús María Freixes Montes, de 21 años, había ingresado en la Benemérita el 1 de marzo de 1986, por lo que llevaba sólo cuatro meses y medio. Fue enterrado en el cementerio municipal de Lérida. Su padre, Francisco Freixes, era concejal independiente en el Ayuntamiento de Lérida y corresponsal del diario ABC cuando su hijo fue asesinado. Su hermana Teresa, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona, escribió una carta a ETA publicada en varios medios de comunicación en la que les calificaba de asesinos y de cobardes, y se mostraba incapaz de entender que se pudiera defender el nacionalismo a través de la violencia y el asesinato. En la misma añadía que a su hermano Chus sus compañeros le llamaban El Lleida por su defensa del catalán.

Jesús Jiménez Jimeno, de 20 años, y natural de Cascante del Río (Teruel), se había incorporado a la Guardia Civil el 1 de marzo de 1986, igual que Freixes Montes. Estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Teruel.

Andrés José Fernández Pertierra, de 20 años, era natural de Gijón (Asturias). Había ingresado en la Guardia Civil tres meses y medio antes de ser asesinado.

José Joaquín García Ruiz, de 21 años, era natural de Merindad de Valdivieso (Burgos). Igual que el agente Fernández Pertierra, llevaba apenas tres meses y medio en el Instituto Armado. Estaba soltero y destinado en el Destacamento de Tráfico de Briviesca-Autopista.

Santiago Iglesias Godino, de 20 años, nació en Hondón de las Nieves (Alicante). Igual que varios de sus compañeros asesinados, ingresó en la Guardia Civil tres meses y medio antes de ser asesinado. Su cuerpo no estuvo presente en el funeral oficial celebrado en la Dirección General de la Guardia Civil al día siguiente porque su familia decidió donar sus órganos.

Antonio Lancharro Reyes, de 21 años y soltero, había nacido en Monesterio (Badajoz), donde una calle lleva su nombre.

la mañana del 14 de julio de 1987 la banda terrorista ETA atacó un convoy de cuatro vehículos de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR), en el que viajaban catorce agentes del Cuerpo, en una carretera vecinal de Oñate (Guipúzcoa). La onda expansiva del artefacto explosivo, activado a distancia al paso del convoy, alcanzó de lleno al todoterreno que encabezaba la marcha, provocando la muerte en el acto del agente PEDRO GALNARES BARRERAS y del cabo primero ANTONIO ÁNGEL LÓPEZ MARTÍNEZ-COLMENERO.

La bomba, compuesta por veinte kilos de Goma 2 y diez de metralla, estaba camuflada entre las zarzas que recubren el pretil de piedra que bordea la carretera entre Oñate y Legazpia, y empotrada en el suelo. La explosión alcanzó de lleno al primero de los cuatro vehículos del convoy que periódicamente recorre esa carretera. El vehículo, que contaba con protección semiblindada, fue proyectado a más de ocho metros y quedó destrozado en el arcén contrario, envuelto en una densa columna de humo negro.

 

 

 

Pedro Galnares Barrera, de 26 años, era natural de Potes (Cantabria). Estaba casado y su mujer se encontraba en avanzado estado de gestación. El agente Galnares era el conductor del vehículo que abría la marcha del convoy.

Antonio Ángel López Martínez-Colmenero, cabo primero de la Guardia Civil de 31 años, era natural de Cabreiroa (Orense). Estaba casado y era padre de una hija de 9 años. El padre de Antonio también era guardia civil.

El 14 de julio de 2001 la banda terrorista ETA cometía dos atentados con una diferencia de pocas horas y que provocaron la muerte del concejal de Unión del Pueblo Navarro en el Ayuntamiento de Leiza, JOSÉ JAVIER MÚGICA ASTIBIA, y del jefe de la Inspección General de Guipúzcoa de la Ertzaintza, Mikel María Uribe Aurkia.

A primera hora de la mañana del sábado 14 de julio, una bomba-lapa colocada por ETA en los bajos de su furgoneta acababa con la vida de José Javier Múgica, concejal de UPN en Leiza, una localidad gobernada con mayoría absoluta por Euskal Herritarrok.

 

 

 

 

 

 

José Javier Múgica Astibia, de 49 años, había nacido en un caserío del municipio navarro de Leiza, una localidad de 3.500 habitantes encerrada entre montañas, donde todo el mundo se conoce. De origen humilde, estaba casado con Reyes Zubeldia y tenía tres hijos: Javier, Daniel y Raquel.

Unas diez horas después del asesinato de José Javier Múgica Astibia, la banda terrorista ETA acribillaba en Leaburu (Guipúzcoa) con dos ráfagas de subfusil a MIKEL MARÍA URIBE AURKIA, jefe de la Inspección General de Guipúzcoa de la Ertzaintza. Eran aproximadamente las 20:00 horas y el ertzaina estaba aparcando su todoterreno en una calle de la localidad guipuzcoana. Se disponía a cenar con su cuadrilla de amigos en la sociedad gastronómica Zazpi Bide, algo que hacía casi todos los fines de semana.

 

El atentado fue cometido por miembros del grupo Erezuma de ETA y ordenado por el dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote. Siguiendo las instrucciones de Txapote, los etarras Ibon Etxezarreta, Luis María Carrasco y Santiago Vicente Aragón se trasladaron a Leaburu en un vehículo robado previamente. Aguardaron en una explanada detrás del Ayuntamiento a que Patxi Xavier Makazaga les avisara de que el ertzaina estaba llegando a la sociedad gastronómica donde iba a cenar. Etxezarreta condujo el vehículo hasta el todoterreno de Mikel Uribe, facilitando que Aragón lo ametrallara con un subfusil. A continuación, Carrasco se apeó del vehículo y disparó varias veces, vaciando el cargador de su pistola contra el policía malherido. La víctima fue trasladada gravemente herida al Hospital Donostia, donde falleció poco después.

Mikel María Uribe Aurkia, tenía 44 años y residía con su familia desde cinco años antes de su asesinato en Legorreta, adonde llegaron desde Irún. Estaba casado con Maite y tenía un hijo, Ibai, de 13 años.