Reproducimos a continuación una carta de Ana Galante, víctima incansable de los trágicos atentados del 11 de marzo de 2004.

11 de Marzo, una fecha que queda marcada a fuego en la memoria de cualquier víctima de los atentados de Madrid de 2004.

Tras el deleznable y cobarde atentado, siempre existe un antes y después, ya nada es igual, por eso, no se debe olvidar nunca a quienes fueron asesinados, heridos o privados de libertad por la expresión de odio e intolerancia de unos asesinos como consecuencia de un terrorismo excluyente y mercenario.

Ante los atentados del 11M, sólo pedimos JUSTICIA, no nos embarga ningún sentimiento de venganza ni afán de protagonismo. Reclamamos la VERDAD porque es lo único que puede restituir de alguna forma el daño infringido conscientemente por los terroristas y mostrar claramente quienes padecieron los daños y quienes los provocaron.

Como víctimas, para continuar con nuestro día a día, debemos asimilar las consecuencias de la carga violenta que hemos recibido, por eso reclamo al Estado que asuma su responsabilidad de amparo y protección, sin mirar a otro lado, sin momentos de conmiseración en fechas puntuales o traición y humillación en otras. Su palabra debería ser un compromiso porque cada cumplimiento o incumplimiento afecta a la vida de muchas personas.

El peso de la ley debe caer sobre quienes ejecutaron esta barbarie, lo necesitamos, para que se redoblen los esfuerzos para prevenir cualquier otra acción similar. Se debe investigar y perseguir a quienes actuaron e idearon tan sangriento acto, sin obstáculos ni ambigüedades, de no ser así, se estaría dando la espalda a las víctimas, reforzando unas conductas nefastas para nuestra sociedad y dando pie a fortalecer planteamientos que lleven a pensar que el terror puede llegar a ser un instrumento más de acción.

Las víctimas del atentado del 11 de marzo, reiteramos nuestro derecho a saber la VERDAD. Han pasado NUEVE años y tres meses, todavía clamamos justicia, no nos damos por vencidos, en este tiempo, el único hecho fehaciente es que no se ha producido ningún esclarecimiento de la verdad, ¿por qué?

Sigo creyendo que el bien triunfará. Sí, nos han hecho víctimas, pero tenemos la obligación moral de seguir exigiendo que se esclarezca el mayor atentado de Europa, se lo debemos a todas aquellas personas que hoy no pueden estar con nosotros.

Sé que los que estáis leyendo esta carta sois conscientes de ello, pero aprovecho esta ventana para expresar mi gratitud por la generosidad de todas las víctimas a las que he conocido, ejemplares por su valentía y coraje, son nuestro refuerzo moral sin lugar a dudas junto con la solidaridad y acción colectiva de miles de personas anónimas que empatizan con nosotros, su apoyo, proyecta valiosas iniciativas.

Ana Galante
Víctima del 11-M