MARIANO ROMÁN MADROÑAL asesinado el 5 de junio de 1975 en Añorga.

ESTEBAN ÁLVAREZ MERAYO asesinado el 5 junio de 1981 en San Sebastián.

RAFAEL VEGA GIL asesinado el 5 de junio de 1982 en Santurce.

ENRIQUE AGUILAR PRIETO asesinado el 5 de junio de 1991 en Madrid.

En la mañana del 5 de junio de 1975 fallece el guardia civil MARIANO ROMÁN MADROÑAL a consecuencia del accidente sufrido mientras prestaba servicio de escolta en un tren correo durante una operación de detención de dos etarras.

A las siete de esa mañana, la pareja de la Guardia Civil formada por Mariano Román Madroñal e Higinio Martín Domínguez estaba de servicio en el tren correo número 14 de los Ferrocarriles Vascongados, que efectuaba normalmente el recorrido San Sebastián-Bilbao. En la estación de Añorga (Guipúzcoa) subieron al tren dos personas que, por su vestimenta (llevaban gabardinas en una mañana muy soleada del mes de junio), les infundieron sospechas.

Higinio Martín Domínguez, que iba sentado en el centro del vagón frente a su compañero, fue quien se percató de esa circunstancia, por lo que desenfundó su pistola y se acercó a ellos con el objeto de identificarlos. Los sospechosos retrocedieron, agachándose el primero y haciendo fuego con una metralleta sobre el guardia civil el otro sospechoso. Una de las balas se estrelló contra un cristal del vagón y uno de los trozos de cristal se incrustó en uno de los ojos de Higinio, momento que aprovecharon los dos terroristas para pasar al vagón siguiente.

Los guardias civiles, al sospechar que fueran a apearse del tren en la estación de Recalde, cubrieron desde las puertas ambos lados del convoy. En ese momento Román Madroñal tuvo la mala suerte de salir despedido del tren en marcha, fracturándose la base del cráneo en la caída, lo que le causó la muerte en el acto. Los terroristas aprovecharon la caída y la conmoción que causó para huir en el automóvil que les estaba esperando con el motor en marcha y las puertas abiertas en la estación de Recalde. Nunca se identificó a los etarras, pero el 6 de junio la banda terrorista reivindicó la muerte de Román Madroñal en Radio Montecarlo, presentándolo no como una acción casual, sino como un atentado.

Mariano Román Madroñalera natural de Algodonales (Cádiz). Estaba casado y tenía cinco hijos (tres niños y dos niñas), el mayor de 11 años. Llevaba veinte años destinado en la Comandancia de la Guardia Civil de San Sebastián.

Minutos después de las once de la noche del 5 de junio de 1981, la banda terrorista ETA asesinaba en San Sebastián al cabo primero de la Policía Nacional ESTEBAN ÁLVAREZ MERAYO mediante la explosión de un potente artefacto al paso de la furgoneta en la que regresaba a su acuartelamiento. Los otros cuatro policías que integraban la dotación del vehículo sufrieron heridas de diversa consideración.El artefacto explosivo era del tipo hornillo, preparado para concentrar la onda expansiva en una dirección determinada, y estaba colocado en el lado derecho de la autovía. Contenía una cantidad considerable de Goma 2, además de ocho o diez kilos de tornillos y tuercas de gran tamaño, a modo de metralla. Fue accionado por un cebo eléctrico que alimentaban seis pilas, desde una distancia superior a los doscientos metros. El estallido abrió un agujero en la chapa de la carrocería y alcanzó de lleno al cabo primero, que ocupaba el asiento delantero junto al conductor.

 

Esteban Álvarez Merayo, de 33 años, estaba soltero, pero tenía pensado casarse con una joven de Narón (La Coruña). Era natural de la localidad de Albares de la Sierra (León). Pertenecía a la Compañía de la Reserva General con base en La Coruña que había sido enviada temporalmente a Guipúzcoa para reforzar las dotaciones de esa provincia.

Un año después, a las nueve de la mañana del 5 de junio de 1982, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Santurce (Vizcaya) al empresario y vinatero riojano RAFAEL VEGA GIL. En torno a las ocho de la mañana, y acompañado por uno de sus hijos, la víctima había abierto su almacén de vinos y licores La Gloria de La Rioja, en el número 22 de la calle del Doctor Fleming, de Santurce. Una hora después, y cuando se encontraba en el interior de la pequeña oficina acristalada situada a la entrada del almacén, dos encapuchados se apearon de un vehículo, se acercaron al empresario y, sin mediar palabra, efectuaron contra él varios disparos de pistola. La víctima fue alcanzada por seis impactos de bala, cuatro de ellos en la cabeza.

Rafael Vega Gil, de 48 años, estaba casado con María Dolores Berisa Martínez. Tenía cuatro hijos: José, de 22 años; Víctoria, de 19; Luis María, de 17 y Rafael, de 12. Vega Gil era natural de Tudelilla (La Rioja), aunque desde veinte años antes de su asesinato vivía en Santurce, donde regentaba el almacén de venta de vinos. La desgracia de la familia Vega Berisa no terminó con el asesinato de Rafael, porque pocos meses después, el 8 de septiembre del mismo año, su viuda se suicidó tirándose desde un sexto piso al no ser capaz de superar la depresión que le causó la pérdida de su marido.

El 5 de junio de 1991 la banda terrorista ETA asesinaba en Madrid al teniente del Ejército del Aire ENRIQUE AGUILAR PRIETO. El método utilizado fue una bomba-lapa adosada a los bajos de su coche. La explosión, que tuvo lugar frente al número 115 de la calle del General Romero Basart, en el barrio madrileño de Aluche, hirió también a cuatro adolescentes que esperaban en la parada del autobús.

Enrique Aguilar Prieto, de 52 años, era cartógrafo y teniente del Ejército del Aire. Trabajaba en el Servicio Cartográfico de la Escuela de Transmisiones en la base militar aérea de Cuatro Vientos. Enrique era natural de Palencia. Estaba casado y tenía tres hijos: Enrique, de 19 años, que hacía la mili como voluntario en la Policía Militar del Aire, en la base de Torrejón de Ardoz; Arturo, de 17 años, que trabajaba en una zapatería en la calle Goya; y Susana, que había muerto enferma de leucemia un año antes del atentado.