MÁXIMO DÍAZ BARDERA asesinado 21 de mayo de 1995 en San Sebastián

FRANCISCO RIVAS LÓPEZ asesinado 21 de mayo de 1995 en San Sebastián.

A última hora de la tarde del martes 21 de mayo de 1985 la banda terrorista ETA asesinaba a los policías nacionales MÁXIMO DÍAZ BARDERA y FRANCISCO RIVAS LÓPEZ cuando paseaban, vestidos de paisano y fuera de servicio, por una ladera del monte Ulía, entre San Sebastián y Pasajes. Los terroristas abordaron a sus víctimas en un paraje aislado y las mataron de un tiro a bocajarro en la cabeza. Aparentemente, los policías no opusieron resistencia, pues sus cuerpos no presentaban más señales de violencia que un agujero negro de sangre coagulada en la sien.

Los agentes habían salido de paseo, con los perros de ambos, en torno a las 16:00 horas. Ya de noche, el perro de Francisco apareció en su domicilio. A las 21:00 horas, las familias de ambos policías, extrañadas de que no hubiesen regresado, presentaron una denuncia.En torno a las 9:30 horas, un autodenominado portavoz de ETA indicara al diario Egin el punto exacto del asesinato.Varios policías se dirigieron hacia la zona y al acercarse oyeron unos gemidos. Siguiendo el quejido llegaron a una zona de zarzales, donde encontraron los cuerpos tumbados boca arriba de los dos policías, a ambos lados del sendero y a la misma altura, frente al mar. La perra de Máximo aullaba de tristeza recostada sobre el pecho de su dueño, y la mano del otro compañero descansaba sobre el suelo, en una postura forzada.

 

Máximo Díaz Bardera tenía 35 años. Era natural de Pedro Bernardo (Ávila), estaba casado y tenía tres hijos de 8, 6 y 3 años. Trabajaba en San Sebastián donde, desde once años antes de ser asesinado, era el encargado de la centralita de teléfonos del Gobierno Civil.

Francisco Rivas López, de 50 años, era de Torremocha (Guadalajara) pero llevaba 26 años destinado en San Sebastián, su primer y único destino. Estaba casado con Concepción Ayerbe y tenía una hija de 19 años. Al igual que su compañero y amigo Máximo, vivía con su familia en Pasajes de San Pedro, en una barriada de casas reservada a la Policía Nacional que estaba ubicada en la ladera sur del monte Ulía.