JOSÉ HUMBERTO FOUZ ESCOBERO asesinado el 24 de marzo de 1973 en Irún

JORGE JUAN GARCÍA CARNEIRO asesinado el 24 de marzo de 1973 en Irún

FERNANDO QUIROGA VEIGA asesinado el 24 de marzo de 1973 en Irún

DÁMASO SÁNCHEZ SOTO asesinado el 24 de marzo de 1980 en Durango

JOSÉ ARTERO QUILES asesinado el 24 de marzo de 1980 en Escoriaza.

El 24 de marzo de 1973 la banda terrorista ETA cometió uno de los asesinatos más execrables y siniestros de su ya, de por sí, execrable y siniestra historia. Un crimen que avergüenza a sus propios autores, la mayoría de ellos hoy reinsertados. Es uno de los secretos mejor guardados por la banda terrorista ETA, que todavía no se ha responsabilizado oficialmente de los tres asesinatos, ni ha emitido comunicado alguno en el que explique qué hizo con los tres muchachos.

El secuestro y tortura hasta la muerte de tres jóvenes gallegos residentes en Irún, que cruzaron la frontera para ver El último tango en París y desaparecieron para siempre en algún lugar del sur de Francia es, además, la historia de una ocultación y de demasiadas complicidades y silencios. La ETA de entonces tenía, por desgracia, muy buen cartel, y no podía manchar su nombre y su aura romántica de gudaris libertadores con un crimen tan atroz, en el que el tiro de gracia vino precedido de una auténtica orgía de torturas, en la que los etarras no se privaron de nada, para conseguir la confesión de unos chicos que jamás podrían confesar nada, porque nada sabían.Aunque el crimen esté prescrito y, además, amnistiado, los familiares de JOSÉ HUMBERTO FOUZ ESCOBEROJORGE JUAN GARCÍA CARNEIRO y FERNANDO QUIROGA VEIGA siguen sin saber dónde están los cuerpos de los tres jóvenes.

 

José Humberto Fouz Escobero tenía 28 años. Había viajado mucho antes de recalar en Irún y encontrar un empleo en una empresa de transportes.

Fernando Quiroga Veiga tenía 25 años y había sido el segundo de los tres amigos en desplazarse al País Vasco. Trabajaba como agente de aduanas en Irún y se sentía muy arraigado a su tierra de acogida.

Jorge Juan García Carneiro tenía 23 años. Acababa de llegar de Galicia y era el único de los tres amigos que todavía no había encontrado trabajo.

A las ocho y media de la noche del lunes 24 de marzo de 1980, dos etarras asesinaban a tiros, en la localidad vizcaína de Durango, al joyero DÁMASO SÁNCHEZ SOTO, al que dispararon varios tiros a corta distancia.Dámaso cayó herido de muerte frente a la joyería Dasán que regentaba desde hacía años en Durango. Segundos antes, la víctima, que iba acompañada por su esposa y una hija, había cerrado la puerta del establecimiento, situado en la calle Santa María de esa localidad, para dirigirse a su domicilio.

 

 

Dámaso Sánchez Soto era natural de León. Estaba casado con Julia González y tenía tres hijos, de 24, 21 y 16 años. Residía en Durango desde hacía tiempo y tenía 50 años.

Una hora después del asesinato en Durango del joyero Dámaso Sánchez Soto, a las nueve y media de la noche la banda volvía a asesinar, también a tiros, a JOSÉ ARTERO QUILES, marmolista de profesión, en la localidad guipuzcoana de Escoriaza.José había estado momentos antes en el Bar Toki-Alai, donde presenció el programa de televisión Gran Estadio. Más tarde se dirigió a otra cafetería y, de allí, a su automóvil. Fue tiroteado en el momento en que ponía en marcha su vehículo, aparcado en la plaza del pueblo frente al Ayuntamiento. Murió en el acto.

 

José Artero Quiles tenía 42 años y estaba soltero. Era natural de Albox (Almería), aunque residía desde hacía años en Guipúzcoa. Tenía en propiedad un pequeño almacén de placas y mármoles.