RAMIRO QUINTERO ÁVILA. Asesinado el 2 de octubre de 1978 en Lizarza.

RAMÓN COTO ABAD  fallecido el 2 de octubre de 1980  a consecuencia de las heridas sufridas el atentado de 19 de Septiembre en Bilbao.

BENITO MORALES FABIÁN asesinado 2 de octubre de 1980 en Rentería.

VICENTE MONTOYA SALAZAR, fallecido el 2 de Octubre por las heridas sufridas en aatentado del dia anterior en Baracaldo.

A última hora de la noche del lunes 2 de octubre de 1978 la banda terrorista ETA asesinaba en Lizarza (Guipúzcoa) al guarda forestal RAMIRO QUINTERO ÁVILA. Previamente, desde el mes de julio de ese año varios miembros del grupo Uzturre de ETA habían sometido a vigilancia los movimientos de su víctima, lo que les permitió conocer que solía frecuentar el Bar Leku Alai de la localidad, situado justo debajo de su domicilio, en la llamada Casa de Zubiaurre.

Con esta información, el 2 de octubre robaron un coche a mano armada en Villafranca de Ordicia con el que los asesinos de la banda se trasladaron al puente de Larraenea sobre el río Araxes, a ocho kilómetros de Tolosa, y muy próximo al bar que solía frecuentar la víctima. Esa noche, Ramiro salió del bar acompañado por unos amigos, entre ellos José Antonio Olano Ormaechea, entonces alcalde de Lizarza, que contó que «antes de subir a su casa, al salir del bar, solía asomarse al río Araxes, sobre el puente Larraenea, que está al lado justo del bar» (ABC, 03/10/1978). En ese momento, los etarras, que estaban esperando en las inmediaciones del puente dentro de un Seat 127 blanco, arrancaron el vehículo y uno de ellos descendió rápidamente y disparó a bocajarro varios tiros que acabaron con la vida de Ramiro Quintero. Su mujer y dos de sus hijas, dos niñas, fueron de las primeras que acudieron a prestarle auxilio, dada la cercanía del domicilio familiar.

Ramiro Quintero Ávila había nacido el 15 de marzo de 1919, por lo que tenía 59 años cuando fue asesinado. Era natural de Tacoronte (Tenerife), estaba casado y tenía seis hijos.

El jueves 2 de octubre de 1980 fallecía RAMÓN COTO ABAD, anciano jubilado que no pudo superar las graves heridas sufridas cuando fue tiroteado por miembros de la banda terrorista ETA en Bilbao tres días antes, el 29 de septiembre.

Como hacía casi todas las mañanas, Ramón Coto se dirigió el 29 de septiembre a un estanco, que hacía las veces de administración de loterías, situado en la calle Navarra de Bilbao. Ramón, que ya estaba jubilado, tenía amistad con los propietarios del establecimiento y les ayudaba haciendo algunos recados para sacar algún dinero. Hacia las 13:30 horas varios miembros del grupo Orbaiceta de ETA acudieron al estanco. Coto Abad se encontraba sentado en un taburete, detrás del mostrador, hablando con la propietaria y una empleada del establecimiento, y fue alcanzado por varios disparos que efectuó uno de los etarras, mientras el otro vigilaba en la puerta del local. Una de las balas le atravesó la axila izquierda y le salió por la región lumbar.

Ramón Coto Abad tenía 71 años y estaba casado. Fue trasladado al Hospital Civil de Bilbao e intervenido quirúrgicamente. Entre otras lesiones, presentaba un hemotórax, estallido del bazo y perforación del colon. A causa de la gravedad de las heridas, falleció dos días después, a las seis de la tarde del 2 de octubre. Ramón Coto Abad se encontraba tras la jubilación en una situación económica precaria, por lo que hacía recados para los propietarios del estanco «a cambio de unas pesetas», además de «ofrecer sus servicios» a las personas que requerían un taxi al llegar a la estación y de «ayudar al encargado de la distribución» del diario santanderino Alerta,

El mismo día que fallecía Ramón Coto, la banda terrorista ETA secuestraba y asesinaba en Rentería (Guipúzcoa) al taxista BENITO MORALES FABIÁN. Fue encontrado muerto en el maletero de su taxi después de que en la comisaría de Policía de San Sebastián se recibiese una llamada de alguien que dijo hablar en nombre de ETA avisando de que «el cadáver de un hombre llamado Benito» se encontraba en el taxi aparcado frente a una tienda de deportes de Rentería ubicada en la carretera Nacional I que atraviesa la localidad guipuzcoana. Un aviso similar se recibió en el diario Egin.

Miembros de la Policía se trasladaron al lugar citado y comprobaron la veracidad del aviso: en el maletero del vehículo estaba el cuerpo sin vida de Benito, que presentaba dos impactos de bala en la cabeza.

Benito Morales Fabián, de 40 años, estaba casado y tenía tres hijos. Era natural de Santibáñez el Alto (Cáceres) y trabajaba como taxista en Rentería desde seis años antes de ser asesinado. A su entierro en el cementerio local, que tuvo lugar el 3 de octubre por la tarde, asistieron la madre, la viuda y varios de los hermanos de Benito.

El día 2 de octubre de 1987 fallecía en el Hospital de Cruces de Baracaldo el policía nacional VICENTE MONTOYA SALAZAR, que había resultado herido muy grave siete días antes, el 25 de septiembre, al estallarle una bomba-lapa colocada en los bajos de su vehículo por la banda terrorista ETA. La explosión le amputó las dos piernas, le provocó graves quemaduras en gran parte del cuerpo, contusión pulmonar que precisó ventilación mecánica y un traumatismo craneoencefálico severo. Estuvo en estado crítico en el hospital hasta su fallecimiento el 2 de octubre a las 12:30 horas.

El vehículo del agente estaba aparcado en las inmediaciones de su domicilio, en el barrio de La Paz de Baracaldo. Hacia las 23:00 horas del 25 de septiembre Vicente Montoya se montó en su coche, para dirigirse al trabajo. La bomba estalló cuando el agente accionó el contacto del coche. Su mujer, que se encontraba en el balcón del domicilio familiar despidiéndose de su marido, resultó herida por la metralla y la onda expansiva.

Vicente Montoya Salazar, de 42 años, estaba casado con Crescencia García García, de 35, y era padre de dos hijos de corta edad. Natural de Nanclares de Oca (Álava), estaba adscrito al servicio de escoltas de la Jefatura de la Policía Nacional de Bilbao.