JUAN CRUZ MONTOYA ORTUETA asesinado el 18 de diciembre de 1979 en Vitoria.

JOSÉ ANTONIO BARRADO RECIO asesinado el 18 de diciembre de 1988 en Éibar

JOSÉ ALDAOLEA ABAITUA asesinado el 18 de diciembre de 1988 en Éibar

 

JUAN JOSE SUCINO, asesinado por los GRAPO el 18 de Diciembre de 1989 en El Prat de Llobregat.

 

A las 20:30 horas del martes 18 de diciembre de 1979 dos miembros del grupo Treviño de ETA asesinaban en Vitoria al conserje del colegio de los Marianistas JUAN CRUZ MONTOYA ORTUETA. Los dos terroristas lo estaban esperando en la puerta del centro escolar, apoyados en la barandilla del colegio. Uno de ellos se incorporó cuando vio al conserje y le disparó a bocajarro, primero en el costado y, cuando cayó al suelo mortalmente herido, lo remató en el suelo.

Juan Cruz Montoya Ortueta, de 59 años, era natural de Zambrana (Álava). Estaba casado y tenía un hijo de 28 años. Antes de ser contratado como conserje en el colegio Marianista de Vitoria, puesto en el que llevaba catorce años, la víctima había sido labrador.

A las tres y media de la tarde del 18 de diciembre de 1988 la banda terrorista ETA hacía explotar un potente coche-bomba al paso de un convoy policial que se dirigía al campo de fútbol de Ipurúa, en Éibar (Guipúzcoa), para prestar el servicio de vigilancia habitual en días de espectáculos deportivos, en este caso el encuentro de Segunda División entre el Éibar y el Sabadell.

Como consecuencia de la misma resultó gravemente herido el policía nacional JOSÉ ANTONIO BARRADO RECIO. Fue sacado aún con vida del amasijo de hierros en que quedó convertido el furgón policial pero falleció mientras era trasladado a un centro sanitario de la propia localidad.

También resultó gravemente herido el sacristán de la parroquia de Arrate, JOSÉ ALDAOLEA ABAITUA, que fallecería con posterioridad a la sentencia por la que se condenó a los autores del atentado, dictada en diciembre de 1990

José Aldaolea Abaitua, de 77 años en el momento del atentado, era el sacristán de la parroquia del barrio eibarrés de Arrate. No hay constancia de cuándo murió y si su muerte fue consecuencia de las secuelas que le provocaron las heridas sufridas en el atentado.

José Antonio Barrado Recio, cabo de la Policía Nacional de 30 años, era natural de Madroñera (Cáceres). Estaba casado y tenía tres hijos.

Pasadas las 08.00 del 18 de diciembre de 1989, el policía Juan José Sucino Ibáñez y su suegro, Juan Carlos Benítez, se subieron a un coche para ir a sus respectivos trabajos en Barcelona. Iban a salir de la vivienda del policía, ubicada en el número 52 de la avenida del Tibidabo, en El Prat, cuando aparecieron junto a la ventanilla del coche dos terroristas de los GRAPO. Juan José recibió cuatro tiros a quemarropa y falleció en el acto. Su suegro resultó ileso, pero sufrió un ataque de nervios al presenciar el atentado.