LUIS SANTOS HERNÁNDEZ asesinado el 17 de diciembre de 1974 en Mondragón.

ARGIMIRO GARCÍA ESTEVE asesinado el 17 de diciembre de 1974 en Mondragón.

DIEGO FERNÁNDEZ-MONTES ROJAS asesinado el 17 de diciembre de 1978 en San Sebastián.


ANTONIO MOLINA MARTÍN asesinado el 17 de diciembre de 2002 en Madrid.

El martes 17 de diciembre de 1974 la banda terrorista ETA asesinaba en Mondragón (Guipúzcoa) al subteniente de la Guardia Civil LUIS SANTOS HERNÁNDEZ y al agente ARGIMIRO GARCÍA ESTÉVEZ en el que sería el último atentado con víctimas mortales de ese año. Con Santos Hernández y García Estévez sumaban diecinueve asesinados por ETA, de los que trece lo fueron en un solo atentado: el cometido en la cafetería Rolando de Madrid el 13 de septiembre.

Argimiro García Estévez, guardia civil de 50 años había nacido en Aldeadávila de la Ribera (Salamanca). Estaba casado y tenía siete hijos, tres varones y cuatro mujeres, con edades comprendidas entre los 26 y los 14 años. Hacía veinticinco años que pertenecía a la Guardia Civil y llevaba siete destinado en Mondragón.

Luis Santos Hernández, subteniente de la Guardia Civil de 52 años, era natural de Alamedilla (Salamanca). Estaba casado y tenía un hijo de 25 años y una hija de 24. Había ingresado en la Guardia Civil en 1944 y llevaba destinado en Mondragón siete años, igual que García Estévez.

En la madrugada del domingo 17 de diciembre de 1978, miembros del grupo Gamboa de ETA asesinaban frente a la playa de La Concha de San Sebastián, al coronel del Ejército retirado DIEGO FERNÁNDEZ-MONTES ROJAS. La víctima trabajaba en el Ministerio de Cultura, donde se ocupaba del depósito oficial de prensa.

Diego Fernández-Montes Rojas tenía 63 años. Estaba casado y tenía nueve hijos. Era natural de Herencia (Ciudad Real) donde fueron enterrados sus restos mortales.

El martes 17 de diciembre de 2002 dos miembros de la banda terrorista ETA dispararon a bocajarro en la carretera Nacional VI contra el guardia civil ANTONIO MOLINA MARTÍN y su compañero, Juan Aguilar Osuna, que acudió en su ayuda, cuando el primero solicitaba la documentación a dos individuos que les habían resultado sospechosos.

Antonio Molina Martín tenía 27 años y era natural de Melilla. Primogénito de una familia de cinco hermanos, el padre del agente asesinado era brigada de la Guardia Civil destinado en la frontera de Melilla con Marruecos. Antonio Molina estaba soltero y había vivido en Melilla hasta los 17 años, cuando ingresó en la Escuela para Guardias Jóvenes de Valdemoro (Madrid).