BASILIO ALTUNA FERNÁNDEZ DE ARROYABE asesinado el 6 de septiembre en Erechun.

ARTURO QUINTANILLA SALAS asesinado el 6 de septiembre de 1983 en Hernani.

A las diez y cuarto de la noche del sábado 6 de septiembre de 1980, la banda terrorista ETA asesinaba de un disparo en la cabeza al capitán de la Policía Nacional BASILIO ALTUNA FERNÁNDEZ DE ARROYABE mientras presenciaba un baile en la plaza de la localidad alavesa de Erenchun, a doce kilómetros de la capital, en compañía de un grupo de familiares y amigos. El proyectil le atravesó la cabeza y le provocó la muerte en el acto. El autor del atentado aprovechó la confusión para huir en un automóvil que le esperaba en una de las calles del pueblo. El cadáver permaneció en el suelo durante dos horas hasta que el juez ordenó su levantamiento.

Basilio Altuna Fernández de Arroyabe, natural de Azua (Álava), tenía 57 años. Estaba casado con Ángela Urcelay y tenía cuatro hijos, tres hijos y una hija, el más pequeño de 10 años. El capitán Altuna estaba destinado en la compañía de la Reserva General de Miranda de Ebro, pero acudía todos los años a Erenchun, localidad de donde era natural su mujer, para pasar las fiestas. Anteriormente estuvo destinado en Leganés (Madrid).

En la madrugada del martes 6 de septiembre de 1983, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en la localidad guipuzcoana de Hernani al industrial hostelero ARTURO QUINTANILLA SALAS.

El atentado fue perpetrado por dos terroristas en el momento en el que Quintanilla Salas, su mujer y su hija mayor, de 15 años, se introducían en su coche para dirigirse al domicilio familiar, después de haber cerrado el Bar Jose Mari de su propiedad. Su hija, testigo presencial del asesinato, contó a El País cómo fue el atentado: «Mi padre estaba arrancando, cuando se acercó un coche oscuro, de color azul o negro; al colocarse a nuestro lado, el que estaba sentado junto al conductor bajó el cristal de la ventanilla, asomó la cabeza y el brazo y empezó a dispararnos a poquísima distancia, ya que la calle es muy estrecha y apenas caben dos coches. Con el primer disparo mi padre cayó reclinado a un costado, y mi madre y yo sentimos en la cara como nos rozaban las balas; pudieron habernos matado a los tres. El que disparaba vestía una cazadora oscura, gafas negras y llevaba el pelo corto».

 

Arturo Quintanilla Salas, de 44 años, era natural de Burgos, aunque había vivido en Hernani desde que era niño. Estaba casado y tenía tres hijos, una chica de 15 años, testigo del asesinato, y dos niños de 12 y 10 años. El pequeño estaba con sus abuelos el día del atentado y el mayor en Barcelona de vacaciones. Los tres estudiaban en la ikastola Urumea próxima al lugar del atentado.