JOSÉ JAVIER MORENO CASTRO asesinado el 11 de diciembre de 1980 en Eibar.

PEDRO ÁNGEL ALCARAZ MARTOS asesinado el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

ESTHER BARRERA ALCARAZ asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

MIRIAM BARRERA ALCARAZ asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

JOSÉ IGNACIO BALLARÍN CAZAÑA asesinado el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

SILVIA BALLARÍN GAY asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

EMILIO CAPILLA TOCADO asesinado el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

MARÍA DOLORES FRANCO MUÑOZ asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

ROCÍO CAPILLA FRANCO asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

JOSÉ JULIÁN PINO ARRIERO asesinado el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

MARÍA DEL CARMEN FERNÁNDEZ MUÑOZ asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

 


SILVIA PINO FERNÁNDEZ. asesinada el 11 de diciembre de 1987 en Zaragoza

JOSÉ LUIS GÓMEZ SOLÍS asesinado el 11 de diciembre de 1987 en Plasencia de Armas.

MANUEL CARRASCO ALMANSA asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

FLORENTINO LÓPEZ DEL CASTILLO asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

MARTÍN ROSA VALERA asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

JOSÉ RAMÓN INTRIAGO ESTEBAN asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

SANTIAGO ESTEBAN JUNQUER asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

FÉLIX RAMOS BAILÓN asesinado el 11 de diciembre de 1995 en Madrid.

JOSÉ LUIS CASO CORTINES, asesinado en Irún el 11 de Diciembre de 1997

 

El 11 de diciembre de 1980, sobre las 20:30 horas, ETA militar asesinaba en un bar de Éibar (Guipúzcoa), y en presencia de su novia, Beatriz Aranzábal, al inspector de Policía JOSÉ JAVIER MORENO CASTRO, disparándole por la espalda dos tiros en la cabeza.

José Javier Moreno Castro, de 27 años, era natural de Puentes de García Rodríguez (La Coruña), estaba soltero y no tenía hijos. José Javier Moreno estaba destinado en la comisaría de Policía de Éibar desde un año y medio antes de su asesinato. Tras el atentado que le costó la vida, amigas de su novia, Beatriz Aranzábal, declararon que el joven inspector no quería comprometerse formalmente con su pareja porque estaba convencido de que iban a asesinarlo (ABC 12/12/1980).

Pocos minutos después de las 6:00 horas del día 11 de diciembre de 1987, ETA hacía estallar un coche-bomba en las proximidades de la puerta principal de la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, segando la vida de once personas, entre las que se encontraban cinco niños y un adolescente y de los que ocho eran civiles y tres miembros del Instituto Armado. Los asesinados en el brutal atentado, que pertenecían a cuatro familias distintas, fueron el joven PEDRO ÁNGEL ALCARAZ MARTOS y sus sobrinas ESTHER BARRERA ALCARAZ y MIRIAM BARRERA ALCARAZ; el cabo primero de la Guardia Civil JOSÉ IGNACIO BALLARÍN CAZAÑA y su hija SILVIA BALLARÍN GAY; el matrimonio formado por el guardia civil EMILIO CAPILLA TOCADO y MARÍA DOLORES FRANCO MUÑOZ, y la hija de ambos, ROCÍO CAPILLA FRANCO; y el matrimonio formado por el sargento de la Guardia Civil JOSÉ JULIÁN PINO ARRIERO y MARÍA DEL CARMEN FERNÁNDEZ MUÑOZ, y la hija de ambos SILVIA PINO FERNÁNDEZ. Los heridos, que ascendían a ochenta y ocho, presentaban lesiones de diversa consideración, y un gran número de ellos no logró recuperarse hasta varios meses después. Dos mujeres, embarazadas en el momento del atentado, perdieron a sus hijos a consecuencia de la explosión.

 

Pedro Ángel Alcaraz Martos, natural de Torredonjimeno (Jaén), tenía 17 años cuando fue asesinado. Pedro Ángel vivía en la casa cuartel junto con su hermana Rosa María y el esposo de ésta, Juan José Barrera Anguita, así como con las dos hijas del matrimonio, las gemelas Esther y Miriam. La explosión de la casa cuartel destrozó la familia por completo. Pedro Ángel y sus dos sobrinas, de tres años de edad, fallecieron en el atentado mientras los padres de las niñas, Rosa María y Juan José, resultaron heridos de gravedad. Los tres fueron enterrados en Torredonjimeno (Jaén).

Las dos sobrinas de Pedro Ángel, Esther y Miriam Barrera Alcaraz, de tan sólo 3 años de edad, habían nacido en Zaragoza. Esther y Miriam eran gemelas. Su padre, Juan José Barrera Anguita, llevaba cinco años destinado en un equipo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil en Zaragoza.

José Ignacio Ballarín Cazaña tenía treinta y un años en el momento de su fallecimiento. Natural de Zaragoza, José Ignacio era cabo primero de la Guardia Civil y hacía tan sólo dos meses que había llegado al acuartelamiento. José Ignacio Ballarín estaba casado con Teresa Esther Gay Escribano, con la que tenía una hija, Silvia Ballarín Gay.

Silvia Ballarín Gay, la hija de José Ignacio Ballarín Cazaña y Teresa Esther Gay Escribano, tenía solamente seis años cuando fue asesinada junto a su padre.

Emilio Capilla Tocado, de 39 años y natural de Valsequillo (Córdoba) fue otro de los tres miembros de la Guardia Civil asesinados en el atentado contra la casa cuartel. Como agente de la Benemérita, Emilio había trabajado en el País Vasco y en Madrid. En el momento de su muerte estaba destinado en el aeropuerto de Zaragoza. Estaba casado con María Dolores Franco Muñoz. El matrimonio tenía dos hijos: Rocío y Emilio José.

María Dolores Franco Muñoz tenía 36 años en el momento que la banda terrorista ETA la asesinó a ella, junto a su hija Rocío y a su marido Emilio. María Dolores había nacido en Sevilla y era ama de casa. El hijo pequeño de María Dolores Franco y Emilio Capilla, Emilio José Capilla Franco, tenía tan sólo 9 años cuando murieron sus padres y su hermana mayor

Rocío Capilla Franco, de 14 años, era la hija mayor del agente de la Guardia Civil Emilio Capilla y de la esposa de éste, María Dolores Franco. Rocío jugaba en el equipo de balonmano del colegio y, según relataron sus compañeros, era muy buena estudiante.

José Julián Pino Arriero tenía 39 años y era sargento de la Guardia Civil cuando fue asesinado por ETA. Llevaba diez años destinado en Zaragoza y tenía ya solicitado su traslado a Madrid. José Julián estaba casado con María del Carmen Fernández Muñoz y junto a ella era padre de tres niños: Silvia, de 7 años; Víctor, de 11 y José María, de 13 años de edad.

María del Carmen Fernández Muñoz, ama de casa de 38 años y natural de Talavera de la Reina (Toledo), estaba casada con José Julián Pino y era madre de Silvia, Víctor y José María Pino Fernández. Tanto ella como su hija y esposo fallecieron en el atentado, por lo que sus dos hijos, Víctor y José María, fueron a vivir con su abuela, que se hizo cargo de los dos niños hasta su fallecimiento, poco tiempo después. Los dos muchachos, habiendo perdido a toda su familia al completo, crecieron en el Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil y siguieron los pasos de su difunto padre hasta convertirse también ellos en miembros del Instituto Armado.

Silvia Pino Fernández, hija de José Julián Pino Arriero y María del Carmen Fernández Muñoz, tenía sólo 7 años cuando fue asesinada. Silvia había nacido y se había criado en Zaragoza junto con sus padres y hermanos.

El mismo día 11 de diciembre de 1987, pasadas las 23:00 horas, mientras las imágenes de la casa cuartel de Zaragoza ocupaban los informativos, la banda terrorista ETA asesinaba en la localidad guipuzcoana de Placencia de las Armas al sargento de Intervención de la Guardia Civil JOSÉ LUIS GÓMEZ SOLÍS acribillándolo a tiros en presencia de su esposa. Horas antes, ETA hería gravemente en Basauri (Vizcaya) al policía de la escala básica Rafael Ribas, de 29 años, mediante una carta-bomba que le provocó amputaciones de varios dedos y heridas por incrustación de metralla en la cara y los ojos.

José Luis Gómez Solís, de 44 años y natural de Aldea del Obispo (Cáceres), estaba destinado como sargento interventor de armas en el cuartel de la Guardia Civil en Elgóibar y vivía en Guipúzcoa desde cuatro años antes de su asesinato. Estaba casado y tenía cuatro hijos de edades comprendidas entre los 16 y los 4 años, de los que dos han seguido los pasos de su padre, ingresando en la Guardia Civil.

Aproximadamente cinco minutos antes de las 15:00 horas del lunes 11 de diciembre de 1995, la banda terrorista ETA hacía estallar un coche-bomba en el madrileño barrio de Vallecas al paso de una furgoneta camuflada de la Marina, hiriendo a casi medio centenar de personas y segando la vida de seis trabajadores civiles de la Armada: MANUEL CARRASCO ALMANSA, conductor de la Administración Militar; FLORENTINO LÓPEZ DEL CASTILLO, conductor mecánico; MARTÍN ROSA VALERA, chófer oficial; JOSÉ RAMÓN INTRIAGO ESTEBAN, mecánico; SANTIAGO ESTEBAN JUNQUER, funcionario administrativo y FÉLIX RAMOS BAILÓN, oficial de arsenales en el Parque de Automóviles de la Armada.

Manuel Carrasco Almansa, de 56 años y natural de Almadén (Ciudad Real), estaba casado y tenía cuatro hijos. Manuel había ingresado como conductor de la Administración militar veintitrés años antes de su asesinato, en 1972.

Florentino López del Castillo, de 55 años y originario del barrio de  Aravaca (Madrid), estaba casado y tenía siete hijos.

Martín Rosa Valera, de 61 años, era natural de Mancha Real (Jaén), donde fue enterrado. Estaba casado y tenía tres hijos.

José Ramón Intriago Esteban, de 43 años, natural de Madrid y mecánico de la Armada, estaba casado con Concepción Sáez y tenía tres hijos de 19, 17 y 8 años en el momento de su fallecimiento.

Santiago Esteban Junquer era funcionario administrativo de la Armada y tenía 58 años cuando fue asesinado. Fue enterrado en el cementerio de Colmenar Viejo. Estaba casado con Isabel Rodríguez y tenía ocho hijos, cinco de un matrimonio anterior y tres con Isabel. Santiago, natural de Collado-Mediano (Madrid).

Félix Ramos Bailón, natural de Madrid y de 55 años, estaba casado y tenía tres hijos cuando fue asesinado. Félix era chapista de la Armada, cuerpo en el que había ingresado en 1980. Allí desempeñaba la labor de oficial de arsenales en el Parque de Automóviles número 1.

 

El jueves 11 de diciembre de 1997, a las 22:57 horas, ETA asesinaba en un bar de Irún (Guipúzcoa) al concejal del Partido Popular en Rentería JOSÉ LUIS CASO CORTINES, disparándole un tiro en la cabeza a bocajarro. Una semana antes de asesinar a José Luis Caso.

José Luis Caso Cortines, de 64 años y natural de Comillas (Cantabria), estaba casado y tenía dos hijos y un nieto. José Luis vivía en el País Vasco desde los 22 años, habiendo llegado a Irún en la década de los 50.